Ponte el moño apretao, sirena, que se joda el viento,
rompe las horquillas de espuma,
y déjame que te remache sonrisas de hierro
de ésas que disipan las brumas,
y sé que entre los males nos lloverán cristales,
yo iré descalzo y tú desnuda,
al son del amor del ronco tambor que toque la luna.
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